Cumbre Del Mandarin

Salimos temprano mi padre y yo, a las cinco y media ya estábamos en pie. Cogimos el coche y salimos a las carreteras hacia la cumbre del diamante de mandarín, todo el camino fuimos con nieblas que no se veía ni chapa…A las nueve de la mañana llegamos a Valencia donde quedemos unas horas a visitar a unos amigos y después otra vez subiditos en el coche nos dirigimos hacia “La Vilavella” llegamos y paramos en un bar a comer, cuanto terminamos nos dirigimos hasta el aviario de Vicente Ibáñez, una vez allí le esperamos cinco minutillos y le vemos aparecer (que alegría :D) pasamos y nos sumimos en un intenso alboroto de trinos (la cantidad de mandarines!!!:) )…solo decirte eso Vicente que muchas gracias por todo lo que has hecho y lo que me as ayudado para introducirme en este mundo y por recibirnos tan calidamente!!

Un saludo.